En un partido de infarto, el cuadro tiburón venció al conjunto pijao y aseguro su lugar entre los cuatro primeros de la liga.
No era una fecha mas de la Liga Águila, era el enfrentamiento del actual líder y vigente campeón del fútbol colombiano, contra el equipo que ha convertido su estadio en un océano, donde los rivales divagan sin rumbo fijo, solamente aguardando la embestida del depredador del mar.
Para este partido, el Junior venía con una racha de 10 partidos sin conocer la derrota en Barranquilla; su última derrota de local fue en los cuartos de final de la Liga Águila 2018-I cuando cayo por un resultado de 0-1 ante el Deportivo Independiente Medellín.
Por su parte, el Deportes Tolima en el presente torneo registra buenos números de visitante, lo que a su vez le da las credenciales de ser el líder solitario de la tabla de posiciones.
Para quienes vimos el partido o en su defecto, el resumen del encuentro, una sola cosa quedo muy clara, las defensas de ambos equipos regalaron el partido. Rondando los 30 minutos de juego, el Deportes Tolima ya estaba arriba del marcador con una diferencia de 3 goles, producto de la pasividad de la saga tiburona. Cabe resaltar que el Deportes Tolima pudo haberse ido al descanso con una diferencia de 4 o 5 goles, pero su ataque fue efectivo solo en tres jugadas. Por otra parte, el cuadro tiburón pudo haber acortado distancia desde el primer tiempo, pero la constante del equipo en los últimos partidos volvio a relucir, se crean muchas jugadas pero muchas se desperdician.
Para el segundo tiempo, el Junior mostró su lado mas impetuoso y con jerarquía y determinación, con cambios que resultaron y con el revulsivo de tratar de mantener la fortaleza de local, logro no solo igualar sino darle vuelta al marcador y prender la fiesta en las tribunas, donde los hinchas que pedían a gritos una actitud agresiva, vieron como dio resultados ese animo y ese apoyo al equipo de casa.
Fue una gran alegría ver un partido donde los atacantes demostraron su poder, pero debemos destacar que, para los próximos partidos, debe el equipo saber cuidar su portería, pues de los últimos partidos del cuadro tiburón en todos los torneos, las opciones a balón parado han sido su debilidad.
Queda mucho por corregir, queda mucho por aprender, pero en la retícula del hincha currambero quedará para la historia como en 45 minutos se remonto un partido épico, que recordó aquellas gestas logradas por equipos como el del año 1993 cuando aquel 12 de diciembre, Junior iguala al Atlético Nacional un partido que llevaba 3-0 perdiendo en el Estadio Atanasio Girardot; o aquella remontada en la serie semifinal de la Liga Postobón del año 2011 ante Millonarios.
Muchas felicitaciones al equipo que demostró que no hay obstáculo imposible de superar, pero que para el bien del corazón de los hinchas, no nos pongan a "parir" como nos tienen mal acostumbrados.
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